18 abril 2006

Faltan 207 días

Hace poco más de dos años que vivo en casa propia mía de mi propiedad. Bueno, en realidad lo que efectivamente es mío propio de mi propiedad es el antejardín, el resto pertenece al banco y así será por unos 18 años más....
El asunto es que cuando me entregaron mi casita, organicé una inauguración con escándalo. Vinieron mis padres y hermanas desde lejos, algunos amigos de la U que también venían de lejos, mis compañeros de trabajo y algunos amigos de acá, y por supuesto también mi polola con sus padres. En total eramos como 21 personas.
A mis amigos de lejos los alojé en el departamento que todavía no entregaba. Mis padres y hermanas sobrepoblaron mi casa, por fortuna todavía no tenía muchos muebles.
Estuve toda la semana haciendo pilatos para que se mantuviera el buen tiempo y no lloviera. Era pleno verano, pero acá en el sure nunca se sabe.... Como la casa es chica iba a meter a toda esa gente en el patio, obvio. La idea era hacer un asado al palo, como es la tradición por acá. Como yo había gastado todos mis ahorros en pagar el pie de la casa, sólo me puse con el medio cordero y los invitados tenían que ponerse con algo para hacerle compañía. Después de todo, la inauguración coincidía con mi cumpleaños, así que el aporte de cada uno era mi regalo. Fue así como a cada uno le encargué que me regalara papas o ensaladas o vino o pan o lo que fuera. Mi futuro suegro me consiguó mesas, sillas, asador, etc.; se portó super bien conmigo, lamentablemente falleció justo una semana después. Pero no es eso lo que quería contar.
Todo salió bien, la carne quedó fantástica y el asado al palo fue una gran novedad para mi familia. Mis padres conocieron a los padres de mi polola y cero drama. Los invitados estaban contentos, tan entusiasmados que cuando a las 2:00 de la mañana se puso a llover a cántaros, no querían entrar. Tuvimos que quitarles las sillas y llevarlas para adentro, todos amontonados en el living, no había espacio como para bailar, sí que metale conversa, picoteo y su traguito. Así estuvimos hasta las 6:00 de la mañana....
Por supuesto me dejaron el baño imposible, la alfombra toda embarrada, incluso la quemaron con un cigarro. Pero estuvo todo impecable, no acostumbro organizar fiestas, pero cuando lo he hecho me han salido bien, por suerte.
Pero vamos al grano: dentro de todo el show que estaba organizando, se me ocurrió que tal vez habría que bendecir la casa..... ¿Extraño, no? Pero la idea tomó fuerza cuando me dí cuenta que como campaña de márketing era lo mejor para ganarme a mis futuros suegros. Así que obviamente les pedí a ellos que contactaran al cura.
Yo pensé que el cura iba a decir algunas palabras y listo, pero no......... tiró agua bendita por todos lados, y el resto teníamos que ir a la cola de él con una velita en la mano, siguiéndolo por los dormitorios, el baño, hasta el fondo del patio y de vuelta al antejardín.... tanta parafernalia.... igual estuvo bonito, me decían después...

Creo que ahora estoy pagando las consecuencias de ese acto. Al mostrarme como un creyente practicante todos asumen que no tengo ningún drama para hacer la catekesis...

Eso es lo que quería confesar.