25 abril 2006

Faltan 200 días

Salí del closet !

No, no sean malpensados. No es que con los últimos temporales por acá por el sure se me haya dado vuelta el paraguas...
Lo que pasa es que le conté a una amiga de este blog. Así que ya no soy tan anónimo.

Este viernes fue la primera clase de catekesis propiamente tal. La anterior sólo fue de presentarnos, así que ahora la cosa se supone que era en serio. Digo "se supone" porque la clase me pareció un chiste. Yo me las he dado de profesor y sé perfectamente cuándo alguien no ha preparado con anterioridad la clase que va a dar. Lo que no entiendo, es cómo una persona que lleva años de catekista improvise tan mal una clase que ha hecho incontables veces. Y que además es profesor en un liceo. Hmm, ahora que lo escribo pienso que tal vez por eso mismo es que llega agotado a la última hora del viernes, después de lidiar toda la semana con adolescentes irreverentes (esta juventud está cada día más impertinente).

En fin, yo me mantuve en el más basoluto silencio mientras el profesor leía su guía al tiempo que hacía la clase. En determinado momento hubo que leer un texto que más abajo tenía una serie de preguntas acerca del mismo. La idea, obviamente, es discutir en el grupo lo que se desprenda del texto. Pero en este caso, el profe formuló la primera pregunta, una señora dió su opinión, y pasamos inmediatamente a la siguiente. Yo me mordí la lengua, tenía otra opinión, por supuesto, pero en esta ocasión quería ser sólo observador. Finalmente, se eligió una tesorera y se determinó quiénes iban a traer el cafecito, el azucar, las tacitas, las galletitas. Ahí tuve que morderme la lengua de nuevo, porque iba a decir que el café está bien, debido a que nos requetedefecamos de frío, pero no es evento social como para comer galletitas. Además me sacan de la dieta.. jaja .....Y no faltó la que ofreció sanguchitos y hasta kuchen.

Al día siguiente meditaba acerca de la clase, y en vez de sentirme feliz porque la desilusión es una buena razón para dejar de ir, pensaba que si yo participara sería mejor catekista que el profe. No en el sentido de enseñarles conocimiento de la fe, sino en el sentido de hacerlos cuestionarse y que busquen en la fe esas respuestas. Entonces entré en conflicto porque por un lado me gustaría seguir llendo para hacer despertar a mis compañeros, pero por otro pienso que no debo involucrarme, permanecer indiferente, simplemente dejar de ir. Además todavía me siento mal rezando sin convicción, .... ah! y más encima se supone que también debemos cantar! Ésa si es buena razón para de ajr de ir, yo no canto ni en la ducha.

Bueno, sí le he cantado a mi novia haciendo karaoke, pero esa es otra historia.