09 mayo 2006

Faltan 186 días ( casi 6 meses ! )

Como bien se dice, no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. Pues bien, yo tengo una deuda y procedo a pagarla:

El fin de semana largo viajé los casi 1.000 kilómetros hacia el norte para compartir preciados tres días junto a la mujer de mi vida. A mi llegada nos juntamos en el terminal y nos fuimos hacia la costa para visitar a mi primer sobrino oficial, hijo de mi hermana mayor, que tiene poco más de siete meses de vida. Ya de vuelta en la capital, luego de comer, nos sentamos a conversar.
Debido al poco tiempo que pasamos juntos, a veces los temas de conversación hay que forzarlos un poco porque no siempre "se dan". Así que traje a colación el tema de la catekesis y la religión. Para mi dulce novia no fueron ninguna novedad mis palabras. Para mí tampoco fue sorpresa que me dijera que no era obligación ir a catekesis. Es cierto, ella no me obliga a nada, pero yo me sentí obligado. Es mi "sentido del deber".... el mismo que me hace acompañarla a misa cuando ella va, sin que me pida que la acompañe; el mismo que me hace ir a buscarla al terminal cuando ella viene a este pueblo, aunque me diga que no es necesario; el mismo que me hace pagar la cuenta aunque su sueldo sea mejor que el mío...... bueno, esto ultimo no es tan cierto, muchas veces ella paga la cuenta...
En fin, lo importante es que soy libre de ir o no ir a catekesis. Curiosamente, de repente me dan ganas de ir.... de repente se me pasan.... el viernes recién pasado no fui, pero fue por exceso de trabajo (el mismo que me ha tenido alejado del mundo blog), pero este viernes que se aproxima no sé si iré. Osea, si decido no ir nunca más, igual voy a ir a decirle al catequista mi decisión.
Volviendo a la conversación con mi polola, luego de hablar de religión y política, le conté de este blog. Le expliqué que la idea era escribir temas super "light", pero que sin darme cuenta me fui en la volá con el tema iglesia-religión. Ella lo tomó batante bien (no me esperaba otra cosa) y sólo le preocupó que no fuera anónimo o que la hubiera hecho aparecer como una bruja. Nos reimos bastante cuando le contaba lo que había escrito y me recordó detalles que yo había pasado por alto. Igual, yo pensé que iba a correr a un cibercafé para leer el blog, pero no fue así. De hecho, los otros dos días casi no hablamos más del tema. Por eso tampoco escribí al respecto, todavía no conocía su opinión del blog porque ella no lo había leído. Luego en la semana ella estaba con tanto o más trabajo que yo, entonces apenas intercambiamos saludos por messenger. Recién este sábado hablamos por teléfono y antes de despedirnos le pregunté si había visto el blog. Su respuesta fue afirmativa, lo leyó completo. No dejó comentarios para no aparecer como la novia metiche.... quiere cuidarse de convertirse en bruja. Le gustó como escribo, le pareció divertido, a veces, gracias.
Así que seguiré escribiendo, igual que antes. Al empezar el blog pensaba que si mi novia iba a leer esto yo no iba a escribir con mucha libertad, pero ahora me estoy dando cuenta que es bueno que lo lea y que yo escriba con total sinceridad. Después de todo, si hay algo de mí que le moleste debemos discutirlo ahora, no dejarlo para después. Nada de guardar sorpresas para después del matrimonio.
Para terminar me voy a poner patero:
el domingo por la noche mi novia quiso cocinar para mí. Yo le dije que que aprovecháramos de salir a comer ahora, porque después de casados no la voy a sacar ni a la esquina. Pero ella igual compró los ingredientes necesarios y se puso manos a la obra. Me encanta verla cocinar, me gusta el dominio que muestra haciendo tantas cosas al mismo tiempo, cómo tiene todo bajo control, la seguridad que demuestra.... y que más encima mientras cocina se dé el tiempo de compartir conmigo una copa de vino.
Yo no me quedé de brazos cruzados, le ayudé en lo que sé: pelé los tomates... ah, y también los piqué...